Los bulbos son las plantas preferidas por las personas que se acercan por primera vez a la jardinería, incluso los niños puede plantarlos y cuidarlos.
Esto se debe a su facilidad de cultivo, los pocos cuidados que requieren, lo rápido que se ven los resultados de la floración, la gran cantidad de variedades existentes en el mercado para elegir y obtener en poco tiempo un amplio surtido de flores de colores surtidos.
La única desventaja que tienen es su corta duración, tan pronto como florecen en unas semanas se marchitan.
Si estás pensando en iniciarte en el maravilloso mundo de la jardinería, estas son las mejores flores con las que hacerlo, y te aseguramos que ¡la experiencia no te defraudará!
Estaciones de floración
Cualquier momento es bueno para comenzar con el cultivo de tus bulbo. Haciendo una buena selección de bulbos, las épocas de floración se sucederán unas a otras y podrás tener flores todo el año en nuestro jardín.
A continuación os mostramos las plantas bulbosas más destacadas de cada estación:
- Primavera: Tulipán, Jacinto, Narciso, Lirio
- Verano: Begoña, Dalia, Fresia, Gladiolo, Azucena
- Otoño: Amarilis, Nerine
- Invierno: Ciclamen, Escila, Campanilla, Dicentra
Cultivo de los bulbos
Suelo. Deberá estar bien drenado, para que el agua de riego sobrante escurra fácilmente y la tierra no quede encharcada. Si vas a cultivar tus bulbos en una maceta no olvides hacerle unos agujeros en la parte inferior y ponerle un plato debajo.
Profundidad de plantación. Enterrar el bulbo al doble de su tamaño, incluso un poco más.
Riego. El bulbo debe mantenerse húmedo, pero un exceso de agua puede producir putrefacción de la planta. Procura no mojar las flores, riega sólo la base y la tierra.
Nutrición. Con el agua de riego será más que suficiente. En el caso de plantaciones extensas, por ejemplo las grandes plantaciones de tulipanes, será necesario un abono de liberación lenta.
Conservar el bulbo. Una vez concluida la floración , es muy importante que esperemos a que se marchiten todas las hojas. Ya que este es el momento en que la parte subterránea, el propio bulbo, está almacenando las reservas de nutrientes necesarias para la siguiente floración. Cuanto esté completamente marchita toda la planta, extraeremos de la tierra el bulbo, teniendo mucho cuidado de no dañarlo. Lo pondremos a secar y cuando este bien seco ya lo podremos guardar para la próxima siembra.
En el caso de algunas especies, como por ejemplo el narciso, podremos dejar el bulbo enterrado y este volverá a florecer cuando le corresponda.
Así de sencillas son las plantas bulbosas, ¿te animas a plantar alguna?, ¿cuál es tu especie favorita?
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