Un césped con buen aspecto es un elemento esencial de cualquier jardín que se precie.
Por eso, ahora que estamos a punto de comenzar la primavera y el buen tiempo, es el mejor momento para realizar una serie de tareas indispensables para transformar el césped sin vida, amarillo y pajizo que nos ha dejado el largo invierno y convertirlo en un césped verde, espeso, bien mullido y sobretodo con un aspecto saludable.
Algunas de estas tareas son tan básicas como la siega, el riego y el abonado, sencillas pero exigentes en cuanto a su regularidad. Y otras, como el escarificado, el aireado y el recebado son actividades más puntuales y específicas. Comenzamos:
Segar
Para favorecer la densidad de crecimiento de la hierba es mejor cortar poco y hacerlo a menudo.
Acostúmbrate a cortar el césped con cierta regularidad, presta atención al corte de los bordes para que el resultado final sea lo más estético posible.
Este es un buen momento para que revises las cuchillas de tu herramienta de corte, tenerlas bien afiladas te proporcionará un corte preciso y evitaremos los desgarros.
Regar
La frecuencia de riego dependerá en gran medida del clima de nuestra zona, en esta época primaveral 3 veces a la semana es suficiente. En todo caso, evita las horas centrales del día, mejor hazlo al final del día para evitar la evaporación.
Sabrás que tu césped necesita agua si pierde su elasticidad, es decir, si al aplastar la hierba cuando pisas, ésta no recupera su verticalidad.
Abonar
Un césped con un color verde pálido amarillento es síntoma de falta de nutrientes. Abónalo con un producto rico en nitrógeno y fósforo, sigue las instrucciones de aplicación del fabricante. Un abono de calidad estimula el crecimiento para conseguir un césped tupido y con un buen color.
Replantar
Si tienes alguna zona con claros y calvas, es el momento de plantar nuevo césped en ellas. Recuerda mantener las semillas siempre húmedas y esperar para realizar la primera siega a que la hierba alcance al menos los 10 centímetros de altura.
Escarificar
Favorece las condiciones de la resiembra, al llegar la luz y el agua mejor a las semillas.
Consiste en hacer cortes verticales de unos 2 -3 milímetros en el terreno, evitando dañar la raíz.
Estos cortes se realizan para eliminar el fieltro acumulado en la superficie, es decir, los restos orgánicos como musgo, malas hierbas… que se encuentran en estado de descomposición e impiden la circulación del aire y el agua causando con ello la aparición de hongos, la asfixia de las raíces, zonas secas o amarillentas…
Airear
Un día después de cortar el césped y con el terreno ni seco, ni húmedo, procede a agujerear en profundidad la superficie del suelo. Estos agujeros favorecen el desarrollo de las raíces al penetrar mejor el agua y los nutrientes del abono. Los agujeros los puedes efectuar con una horca, patines de aireado u otro tipo de herramientas mecánicas como rodillos de púas. Después conviene tapar el terreno con recebo y regar.
Recebar
El recebo es una sustancia formada por arena de sílice y un alto porcentaje de material orgánico. Esparcelo dejando una capa de 1 a 1,5 centímetros de espesor y después riega en abundancia. Este producto favorece la formación de nuevas raíces, protege de las posibles heladas tardías, mejora la permeabilidad del suelo y su resistencia mecánica
Si quieres, puedes contarnos en los comentarios cómo va la preparación de tu césped. Seguro que siguiendo nuestros sencillos consejos no tardarás en tener una auténtica alfombra verde en tu jardín.
Muy buena información, acabamos de trasladarnos a una casa con jardín y nos sirve de gran ayuda.
Saludos